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ENLOQUÉCELO EN LA CAMA
Existe una falsa creencia sobre la facilidad del hombre para excitarse, siempre se ha creído que es muy fácil y que en cuanto su mirada recorre un cuerpo más o menos bello, el miembro despierta y comienza su emancipación.
Resulta obvio decir que hay hombre y hombres, y que no todos los penes tienen esa alegría, pero lo que ahora te propongo es una serie de pequeños consejos que puedes seguir si quieres que tu hombre disfrute contigo en la cama y no te olvide en mucho tiempo.
Lo primero que debes pensar es que los hombres son igual de complicados que las mujeres, así que te recomiendo que no te saltes los preliminares si eres tú quien lleva las riendas. Tócale mucho y evita su sexo durante un rato, inténtalo, no es tan difícil. Empieza por estudiar su cuerpo, cada músculo, cada rincón, y utiliza todo lo que tengas a mano para hacerlo, no solo tenemos manos. Tu lengua también es fundamental en este momento.
Alterna los besos en la boca con el recorrido de tu lengua por todo su cuerpo. Hazlo poco a poco, sin prisa, tranquilamente. Aprovecha para volver a la boca y bésale con pasión cuando notes que tu boca se reseca, encontrarás savia fresca y evitarás ese desagradable contacto de una lengua áspera.
Manos y lengua en perfecta armonía es primordial para este primer momento de cama. Otro consejo que no debes olvidar es evitar la mirada. Evita mirarle a los ojos durante todo el tiempo que puedas. Ya habrá momentos para ello, no olvides que acabamos de empezar. Y sobre todo no te aceleres tú, mantén la posición y si puedes evitar que te toque mucho mejor, mantente ahí pero en una posición que evite su contacto contigo, no queremos acabar en una rápida penetración. Alárgalo todo el tiempo que puedas y escóndete del alcance de sus manos, sonríe y trata esto como un juego. Le gustará.
¡Atención!, tampoco te vayas a pasar y dediques demasiado tiempo rondando sin llegar a nada, no queremos que se canse, solo volverle un poco loco. Únicamente tú debes decidir el momento de modificar tu conducta, todo dependerá de cómo veas la evolución. No te precipites pero tampoco te alargues demasiado. En cuanto veas que el juego va perdiendo sentido será el momento de actuar y abarcar esa zona que estábamos evitando. Dale una sorpresa, ve directamente hasta su polla tras besarle en la boca con dulzura y pasión. Eso te permitirá tener la boca lo suficientemente húmeda y le sorprenderás porque no se lo espera. Intenta encontrar ese momento en el que empieza a aburrirse del manoseo y sobeteo.
Ya estamos ahí, está dentro de tu boca y el cambio lo notas enseguida, sientes cómo crece su pene entre tus dientes y su respiración se agita, supongo que la tuya también, date un tiempo pero no demasiado y, ante todo, no hagas movimientos rítmicos y rápidos, juega un rato más, diviértete y hazle ver que lo que le espera va a ser memorable.
Nunca dejes de ser la parte activa, eres tú quien decide cuando ha llegado el momento de parar y cambiar, si no de actividad, por lo menos de técnica.
Cuando llegue ese momento sé tú también el que lo maneja, dile o hazle ver lo que quieres y cómo lo quieres. Decide la posición y no le dejes pensar, pero sobre todo no olvides besarle mucho, procurando siempre esa humedad que le llevará hasta el más allá. Deja que te penetre y permítele participar, ahora sí. Que sea él quien marque el ritmo mientras tú te acompasas a sus movimientos, siempre desde arriba, siempre al poder. Muévete, no te quedes de palo pues se romperá todo el hechizo que teníamos conseguido hasta ahora. Hazlo disfrutar pero ocúpate de hacerlo tú también, a ser posible antes que él, te ayudará el pensar que hasta ahora todo lo has hecho tú, que eres la razón del estado en el que lo tienes y causante de esa mirada lasciva con la que te está mirando, es innegable que está loco por ti.
Como última recomendación se sugiero que intentes acabar unos minutos antes que tu compañero para poder ayudarlo con una buena felación. Ahora es el momento de desplegar todos tus encantos, todas las técnicas experimentadas y las nuevas, aquellas por las que nunca te habías decidido y mirarle a los ojos mientras actúas, sin despegar tu mirada. Eso lo enloquecerá por completo y tú conseguirás un segundo orgasmo solo con ver su cara al explosionar en tu boca.
¡Buen coito!.
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