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1001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia 

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Sinopsis

“Con mucho sentido del humor y meticulosidad, Roser Amills disecciona y clasifica las fantasías de 1.000 personajes célebres. Y el lector, permítanme el consejo, debería trascender la inicial fascinación del entomólogo y dejarse inspirar” Susanna Griso
 
“No seríamos humanos sin el erotismo, la sutilidad no sería una propiedad destacada de nuestra especie. Seguramente Plutarco tenía razón, el erotismo es la desobediencia de la razón” Eudald Carbonell
 
“En este interesante y desenfadado libro de Roser Amills se hace evidente que, en cuestiones de sexualidad, la imaginación es capaz de volar más alto que la realidad. Y como dice la autora: «cuantas más fantasías seamos capaces de comprender, mejor nos conoceremos».” Antoni Bolinches
 
En este libro encontrarás:
• Cultura y guiones insólitos para los juegos de seducción
• Argumentos para liberar inhibiciones y gozar con “lo prohibido”: si ellos lo imaginaron… ¿por qué tú no?
• Y muuuuucho más…
 
¿Por qué Camilo José Cela quería que rompieran platos junto a la cama?
 
¿Qué chivó Wagner de Nietzsche sobre sus costumbres sexuales?
 
¿Por qué a Thomas Alva Edison le resultaba tan sexy comunicarse en morse?
 
¿Qué tenían las braguitas de la mujer de Joyce que le volvían loco?
 
¿A qué se debe que Mussolini recibiera piropos zoofílicos?
 
¿Qué eligió Hitler de una tienda de fotografías eróticas?
 
¿Cómo era la fantasía de dominación que Einstein impuso a su esposa?
 
¿Gandhi, Bécquer, Joan Collins, Hernán Cortés o Umbral jugaron a fantasear? ¿Cuál es la fantasía erótica más curiosa de cada uno?
 
¿Qué situación erótica incómoda unió a Leonard Cohen e Iggy Pop?
 
¿Qué guarradas susurraba Kennedy a Marilyn al oído y por qué ella se sentía incómoda?
 
¿Qué tienen en común Napoleón, Gaudí, Alejandro Magno, Juan Marsé, Luis Racionero, Woody Allen, Churchill, Isabel Allende, Buñuel, Unamuno y Sara Montiel?
 
Entre las experiencias y deseos eróticos, se pueden encontrar las de españoles, como Gustavo Adolfo Bécquer: “Los cementerios conforman el escenario para la complacencia romántica que Bécquer explotó en sus escritos. En Tres fechas desarrolla la historia de una virgen desnuda en el cementerio, el colmo del morbo romántico”, o las de otros como Marilyn Monroe y Frank Sinatra, que han pasado a la historia del cine y la música: “Marilyn estaba pasando una época de depresión y Sinatra, que empezaba a recuperarse de sus mal momentos, tenía miedo de recaer. Pero aquella noche, en casa suya, Sinatra se levantó a buscar un vaso de agua y encontró Marilyn en la cocina, con aquel pijama tan peculiar que ella solía traer: únicamente unas gotas de Chanel núm 5. “

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